Esta Cerámica tuvo una gran aceptación entre la nobleza, la burguesía y las grandes órdenes religiosas, que fueron sus clientes habituales,
pero también se exportaba a Méjico, que entonces pertenecía a la corona española, ejerciendo una gran influencia en toda la producción
Cerámica española y americana. La crisis llegó en el siglo XVIII con la aparición de la fábrica de Alcora, de donde tuvieron que importar maestros.
La serie policroma es la más importante de Talavera. Las superficies Cerámicas se conciben como soportes pictóricos que se decoraron con
escenas figuradas mitológicas, alegóricas o religiosas copiadas de los grabados de la época.
Situada a escasos kilómetros de Talavera, la villa de Puente del Arzobispo, fue un importante centro de producción de Cerámica desde el siglo
XVI. Casi todas las series de Talavera se repiten en Puente del Arzobispo, de manera que las piezas son tan difíciles de clasificar que se
mencionan con la atribución común de Talavera - Puente del Arzobispo. Desde finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, la producción se
caracteriza por el predominio del color verde y por la abundancia de pájaros y árboles de factura popular.
La cerámica aparece en el periodo Neolítico. Teniendo noticia de las primeras mesas o tornos movidos a mano
2.000 años a. J.C., apareciendo dos siglos antes de la era cristiana el torno de pie que aprovecha la fuerza
centrifuga para el trabajo. Este torno es el que subsiste en España en la actualidad. Destaquemos que en
algunos centros españoles se sigue utilizando el torno o mesa de mano igual que en la prehistoria.
La Edad de los Metales supuso una revolución en el mundo cerámico por la utilización del cobre. Por otra
parte el descubrimiento del bórax como fundente del cobre, dará lugar al nacimiento de la cerámica vidriada.
Como consecuencia de las distintas ocupaciones de la
Península Ibérica, los aborígenes incorporan las
diferentes técnicas y estilos que aún perduran, de ahí
la gran variedad de cerámica española actual de
origen ibérico, griego, fenicio, romano y por ultimo,
árabe, dejándonos éstos la palabra alfar.
Durante los ocho siglos de presencia árabe en España,
se elaboró, tanto en los territorios árabes como en los
cristianos, una Cerámica de gran nivel que influyó en
la producción de todos los alfares peninsulares y
europeos.Los procedimientos cerámicos, básicamente
importados de Oriente, presentaron adelantos
tecnológicos decisivos, como por ejemplo el esmalte
blanco de estaño, el dominio absoluto de las técnicas
de cocción y el reflejo metálico.
Se hicieron piezas utilitarias: vajillas de mesa, brocales de pozo, ánforas, cacharros de cocina; ornamentales y complementos arquitectónicos. Las
decoraciones geométricas y vegetales muy estilizadas, se realizaban mediante diversas técnicas de origen islámico
En Manises (Valencia) aún se conserva la cerámica de "reflejo metálico". Su proceso de fabricación es el mismo que la tradición Árabe-Morisca
nos dejó. Son empleadas tres cocciones, siendo la última la más difícil en técnica y dominio
En España la cerámica arquitectónica tendrá un papel muy importante
tanto en funciones estructurales como decorativas e higiénicas. Sin
ninguna duda, el gran protagonista es el azulejo que es asimilado por los
reinos cristianos y aparece en el arte mudéjar. En Aragón, a partir del siglo
XIII utilizan una cerámica verde y negra sobre fondo blanco, elaborada
mediante moldes o en torno. Con el tiempo el uso en exteriores fue
adquiriendo gran protagonismo. En los interiores, las piezas monocromas
se emplearon como revestimiento de suelos y azulejería pintada como
decoración. En Cataluña, los alfareros que eran cristianos, utilizaron los
mismos colores que los islámicos, aunque por influencia del comercio se
introdujo el azul desde el siglo XIII. La cerámica bicolor llegó a exportarse a
toda Europa.
En el siglo XV se impuso la estética gótico-cristiana y se fabricaron también en Cataluña
artesonados cerámicos, zócalos y pavimentos pintados a mano alzada.
Los descubrimientos del siglo XVI, tanto en mineralogía como en química, propiciaron
grandes avances en la cerámica con la introducción del vidrio opaco brillante de estaño, que
será el punto de partida de una nueva familia cerámica. Desde España se exportará la
mayólica. Los centros culturales renacentistas fueron Italia y Flandes, también para la
cerámica. Los nuevos colores y las técnicas de la pintura hicieron que se extendiera su uso,
en especial entre la nueva burguesía. Las exportaciones valencianas llevaron la moda a Italia,
que en el Renacimiento adquirió los mismos niveles de desarrollo que la hispana, aunque
con características propias.
El carácter itinerante de los ceramistas italianos hizo que su arte traspasara fronteras y
Sevilla vivió esta influencia con Niculoso Pisano, que a finales del siglo XV introdujo en
España la técnica pictórica "a lo italiano" combinándola con la de arista para los azulejos en
serie. Durante el siglo XVI los azulejos de arista se exportaron a cualquier puerto del
Mediterráneo, del Atlántico europeo o del americano.
Bajo el dominio de los Austria, en el siglo XV y principios del siglo XVI se conocieron en
Amberes las vajillas doradas de Manises y también los azulejos sevillanos. Con el desarrollo
económico que vivía la región y utilizando las novedades italianas, comenzó una producción
cerámica que se desarrolló durante más de 250 años. Gracias a los emigrantes italianos
aparece en Amberes, en el siglo XVI, la policromía. Esta actividad se extendió por España,
Portugal y Norte de Holanda.
La ciudad de Talavera de la Reina, situada a orillas del Tajo en la provincia de Toledo,
produce a partir del siglo XVI paralelamente a Sevilla y Cataluña- una Cerámica que recoge el
espíritu de la nueva moda que afecta a todas las artes: el Renacimiento. Se abandona la
abstracción del arte musulmán y se adoptan unos colores brillantes que sirven para subrayar
el clasicismo de los motivos decorativos.
Cataluña había comenzado su tradición cerámica por la producción semi-
industrial de baldosas en el siglo XV en Barcelona. En el XVI las importaciones
de baldosas sevillanas de cuerda seca y arista desplazan las creaciones
propias. La producción catalana se trasladó después a Reus, donde adoptan la
estética renacentistas inspirada en la orfebrería con relieve. Poco después
aparece la baldosa policroma con la adopción de los modelos italianos, así la
azulejería se convierte en el aspecto más importante de la cerámica. Las
creaciones suntuosas y decorativas para las iglesias, casas señoriales, calles y
edificios son muy apreciadas, los azulejos revisten todas las paredes.
Mención aparte merece la aplicación de la cerámica en la construcción con la
llegada del modernismo, de la mano de arquitectos como Gaudí y Doménech
Montaner, en un movimiento cultural que une arte e industria y asume a la
perfección los gustos y temas del momento: la revisión de estilos y la
naturaleza.
Con las innovaciones técnicas de la revolución industrial, llegadas de Inglaterra a Sevilla, cambiaron los esquemas de la producción cerámica
tradicional. En 1841 Pickman se instaló en La Cartuja y con esta fábrica llegaron los moldes de yeso, la conformación en semiseco por presas
mecánicas y se recuperaron antiguas técnicas con nuevos medios como la cuerda seca o la arista. Esta industria floreciente no acometería las
reformas necesarias hasta 1960.
En la actualidad el interés por la cerámica y la alfarería se mantiene vivo a pesar de que muchos centros alfareros han desaparecido y otros
están en a punto de desaparecer.